martes, 25 de marzo de 2008

La pasión del amor a travéz del tiempo

El siguiente es un texto que presenté para el final de Historia de la Psicología, cátedra Rossi, de la Universidad de Buenos Aires.

Descartes considera pasiones a todas las percepciones, sentimientos y emociones del alma, que se refieren a ella y que son causadas, sostenidas y fortificadas por el movimiento de los espíritus animales. Esos espíritus llevan a unirse al alma con aquellos objetos considerados convenientes. Teniendo esto en cuenta, para Descartes, la pasión del amor mueve al alma a unirse de voluntad a otra persona, es decir, conformar un todo del que ambas personas sean sus partes.
Por otro lado, para Hume, por otro lado, las pasiones son causadas por el cuerpo, que, a su vez, es despertado por los objetos. Del bien o el mal de estos objetos surgen las pasiones directas, mientras que las pasiones indirectas dependen, además, de otras cualidades. En la pasión del amor, que es una pasión indirecta, el objeto/otro es percibido por un sujeto por medio de sus sentidos; a partir de ese momento forma una impresión sensitiva, que, a su vez, desencadena una impresión reflexiva, la pasión. Esta pasión implica que en el sujeto exista una complacencia con las cualidades de un objeto evaluado como bueno.
Para Kant, las pasiones son impulsos muy fuertes de la naturaleza humana, en los que no participa la conciencia, en forma de entendimiento. Así, la pasión del amor aparecería en una persona que está fascinada con otra, y no puede medir las consecuencias de su fascinación, lo que lo convierte en un insensato.
En este punto los autores abandonan el término pasión. Darwin sostenía que un individuo siente amor por otro cuando detecta en esta persona un rasgo particular, producto de la selección natural y la evolución, como por ejemplo, la habilidad para la caza de animales. En el individuo atraído, inicialmente, no hay participación de la conciencia, la búsqueda se produce, entonces, sin conciencia.
Wilhelm Wundt, desde su psicología experimental, sostenía que las emociones están formadas por una serie de sentimientos compuestos, reunidos en un curso conexo que se extiende a lo largo del tiempo, y que forma un todo único. De esta manera, una persona presenta la emoción del amor cuando está atraída hacia un rasgo aislado de una persona (los llamados sentimientos parciales); posteriormente, se siente atraída a la persona como un todo (los sentimientos totales). En este punto se ubica el sentimiento compuesto inicial que desencadena la emoción, a la cual se le agregan otros sentimientos compuestos similares, hasta que aparece un sentimiento final que produce la desactivación de la emoción.
Los autores de la Escuela Francesa retoman el concepto y la palabra pasión y la reconocían como un curso estable, en el que predomina un estado emocional y la consideraban como secundaria, respecto de las emociones primarias, repentinas y sin conciencia. La pasión del amor se sucede, en un sujeto, luego de la producción de un choque emocional, causado por el deslumbramiento que un objeto/persona produce en el objeto. Una vez producido ese choque, puede tener influencia la conciencia y se genera el amor como pasión, posibilitado por el temperamento y carácter del individuo (las llamadas causas internas).
Watson estudia las respuestas a estímulos. La respuesta emocional de amor en los niños pequeños se produce cuando se le hacen cosquillas o caricias; si dichas cosquillas son producidas con, por ejemplo, música de fondo, la respuesta emocional se condiciona al estímulo de la música, por lo que en un futuro, la música producirá esa respuesta condicionada.
Para Freud, el amor es producido por la identificación de un rasgo, en el objeto, perteneciente a la figura paternal idealizada (inconciente).

martes, 18 de marzo de 2008

Lo fálico del celular

Que el celular es fálico, no queda ninguna duda.
Entre los hombres refleja la competencia entre tamaños y cualidades. Esto se observa en el hecho de que siempre los modelos nuevos buscan una mayor estética y un menor tamaño, a la par que suman funciones y más funciones que difícilmente serán utilizadas con asiduidad. Los nuevos modelos ostentan ser de menor tamaño que los anteriores, lo que los hace mas prácticos, lo que se contradice con mi teoría ya que un falo mas grande es un falo mas potente, mas fuerte. Un examen mas profundo nos demostrará que esa “pérdida” en el tamaño se refleja en la practicidad, en la disponibilidad del aparato en cuestión. Un celular demasiado grande es como un pene inútil, que no funciona. En cuanto a las diferentes herramientas de los celulares (cámara de fotos, juegos, mp3, bluetooth, etcétera), son diversos agregados al valor nominal del falo en cuestión, aumentan su valor, su fuerza, su potencia, sirviendo una vez mas a la competencia por el dominio.
La competencia se observa más claramente entre los adolescentes que, pugnando por establecer su identidad y diferenciarse del resto, recurren a diversos elementos para diferenciarse de la masa (tanto pares como ajenos). Uno de esos elementos utilizados para la diferenciación es el celular. Siempre salen nuevos modelos y con mejoras tecnológicas que todos los adolescentes quieren tener primero, para diferenciarse del resto, llegando al extremo de poder excluir a aquellos que quedan por fuera de esa competencia, al no poseer ese modelo tan preciado.
El celular afecta a la mujer de un modo totalmente distinto al que afecta al hombre. La mujer “oficinista”, por llamarla de alguna manera, aquella mujer que trabaja 10 o 12 horas por día, pendiente de su celular por cuestiones de trabajo recurre al instrumento tecnológico como un falo, de manera literal. Es un reflejo de su independencia, y es ampliamente necesario, ya que sin el celular se encuentran como desprotegidas ante el mundo. Es así como estas mujeres han “optado” por el complejo de masculinidad en su infancia, como camino de salida del complejo de castración. Pero no todas las mujeres pueden comprenderse dentro de este grupo que, tristemente y por falta de una mejor palabra, bauticé oficinista. También encontramos a las mujeres “enamoradas”, aquellas mujeres que constantemente están enviando y recibiendo mensajes y llamadas con sus respectivas parejas. Para estas mujeres el celular actúa como un enlace permanente con su objeto de amor, teniendo en cuenta las salidas del complejo de castración en la infancia femenina, podría decir que ese enlace permanente es con el falo que no tiene y que ha buscado por fuera del grupo familiar, sin contradecir a la ley del incesto. Por último encontramos también, aunque son raras las ocasiones, de aquellas mujeres enamoradas que a través del celular tienen contacto permanente con el falo, aunque violando la ley del incesto, o sea, con su familia.